Llegué a Ecuador hace un mes y medio pensando que quizá en 15 días lo recorrería para pasar pronto hacia el Perú y así darle marcha rápida a mi travesía; no obstante, y sin calcular lo que ofrecía este país, comencé a recorrerlo lentamente dejándome atrapar desde el principio por su magia y encanto.Por primera vez me doy el tiempo necesario para conocer lugares fantásticos sin mayores afanes y sin lugar a dudas hasta ahora puedo reiterar que ha sido una experiencia maravillosa poder tomarme el tiempo necesario para refrescar la memoria y el corazón sin los afanes típicos que implica tomar vacaciones de tan solo 15 días como suele sucedernos a quienes trabajamos en Colombia.
Vale la pena además darle un viro a la vida para pasar de los meros sueños y deseos a la acción y concretización de ellos. Era al final tan sencillo tomar la decisión de dejar por un momento las comodidades típicas de la modernidad que me envolvían en compromisos crediticios y ficticios y que me atrapaban en medio de miedos inventados convirtiéndome incluso en un ser incapaz de tomar decisiones más trascendentales que me llevaran a vivir las cosas por las cuales trabajaba pero que por el mismo compromiso del trabajo no podía realizar como yo quería.

La aventura continúa en este viaje de sorpresas infinitas convencido sin duda, que vale la pena tomarse alguna vez en la vida el tiempo necesario para sentir con intensidad y sin las presiones típicas del tiempo o los compromisos, todas aquellas cosas por las que soñamos, creemos y buscamos.
Gracias Ecuador por mostrarme tu mejor sonrisa, la carcajada divina de la vida, el abrazo sincero del sol, el refugio infinito del cielo, el sentimiento perenne de la amistad.
Así es el encantador ECUADOR …

No hay comentarios:
Publicar un comentario