Llegué... y estando allí, contemplando el Titicaca, entendí que todo esto era producto de la necesidad de mi espíritu de reencontrarse con algo.... una luna llena y vanidosa reflejándose en su gran espejo a media noche me permitió sumerjirme en las sagradas aguas de la mama Cocha... y así, en medio de una hermosa ceremonia de Temazcal, vilca y tabaco, finalmente sentí que esta aventura había cumplido su cometido... ME ENCONTRE DE NUEVO CON MIS ANCESTROS... desde entonces, nada volvió a ser igual...